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Mostrando entradas de 2013

Lucrando con las necesidades de los demás

Tengo un considerable tiempo desempleada, más de 10 meses. Por esta situación no quiero culpar al gobierno, a la presidenta, a los diputados, a la Platina ni a la Trocha, mucho menos a Justo Orozco con sus inteligentes propuestas, al muñeco enterrado de Cartago o a las renuncias del Dr. Rodolfo Hernández. No trato de señalar con el dedo a algún culpable de mi situación actual, los hechos pasan por algo y de este bache de vacas flacas me he de reponer, eso lo sé. Al punto al que quiero llegar con esto, es que en mi interminable búsqueda de trabajo he recurrido a todo, recepcionista, mercadóloga, niñera, dealer, payasa, cuidadora de serpientes, domadora de leones, equilibrista y hasta llegué a enviar un currículum para un puesto de catadora de venenos para ratas, sin querer caer en la exageración; hasta que una allegado familiar me leyó un volante donde ofrecían puestos de Mercadeo y Publicidad, pensé ¿y por qué no? La situación está difícil, la estamos viendo “peluda” nada pierdo int...

Más allá de lo posible

Una mirada, eso era todo lo que necesitaba para transportarse en sus ojos y olvidarse del espacio y tiempo que habitaba. Tenía poco de verlo y sabía que podía ser un poco precipitada la situación al tomar en cuenta que se habían encontrado tan solo dos veces. Sabía que no era amor, estaba segura de que podía ser una de las situaciones más intensas de su vida y no quería desaprovechar la oportunidad de vivirla. Alto voltaje, así podía resumirlo, cuando los besos volaban sobre su piel, su respiración se aceleraba, las manos se deslizaban sobre cada uno de los sitios prohibidos. Lo necesitaba, lo quería, lo deseaba más que a nada en el mundo. Susurraba su nombre bajo el manto negro intenso de la noche, bajo la luz de la luna llena plateada que los acompañaba y a lo lejos unas cuantas estrellas siendo testigos del deseo, del romance, del ardor, de ese placer prohibido. Su cabello rizado la atrapaba, deseaba perderse en cada una de esas ondas cortas, tomarlas con fuerza para besar...

La desafortunada historia de Tomás Sotomayor

1999. Viernes. 7:45 am. Los primeros aullidos de llanto son esparcidos con un gran eco por la sala de partos, incluso hasta llegar a escucharse brevemente en el lugar donde algunos de sus familiares esperaban ansiosos. Tomás, por fin había llegado. Su padre estaba orgulloso, su primogénito, su varón, al que ya veía jugando fútbol o alguno de esos deportes rudos “solo para hombres”. Su madre lloraba de emoción nunca había sentido un amor tan puro como cuando sintió al pequeño Tomás en su pecho; le examinó sus pequeños deditos uno a uno, asegurándose de que todo su retoño estuviera en un perfecto estado. El nacimiento del pequeño se tradujo en meses de fiesta y celebración en la casa. Tomás sabía que él era diferente, lo sentía incluso desde antes de poner sus pequeños pies en esta tierra. No sería lo que todos esperaban, lo que su padre esperaba. Era un niño inteligente, brillante, con un hermoso cabello castaño claro que llegaba hasta el inicio de sus orejas, liso, co...

Antes de elegir... Hay que probar

Siempre he sido una de esas mujeres que cree y está segura de su independencia, siempre he sido una de esas mujeres que ha pasado cada uno de los días de San Valentín desde su nacimiento sola y que cada vez que llega el momento de celebrarlo me parece una completa farsa y truco comercial donde hasta los noviazgos más quebrados simulan amor por un día y pasan los 365 restantes entre lágrimas y gritos. Siempre he pensado, que no hace falta un hombre para sobrevivir sin miedo alguno de citar a Jaci Velázquez en su canción, aunque el hecho de pensar así no hace que sea una realidad porque esa extraña especie que eructa, se pedorrea y ama el fútbol y su carro antes que a su mujer son “un mal necesario”. Soy una mujer diferente. Confío plenamente en mis facultades y virtudes. Sé que soy fuerte, arriesgada, extrovertida, sensible y a la vez dura como una roca. Siempre rodeada de decepciones amorosas a lo largo de mi vida a manos de “el sexo fuerte”, sin duda alguna han marcado y forjado...

Las mujeres… ¿También podemos ser de Marte?

Me levanto temprano en la mañana, a eso de las 5 am, aún medio dormida por la larga noche de juerga que tuve, extrañamente tengo un número telefónico apuntado cerca de mi seno derecho, ¡mierda! Me gustaría recordar de quién es, mientras intento recapitular tranquilamente me levanto y me ducho, me lavo los dientes, todo esto mientras pienso en lo bueno que está el nuevo asistente de mi jefa. Son aproximadamente 45 minutos más y estoy lista, impecablemente peinada y vestida cruzo la puerta pidiéndole al cielo que el sexy vecino haya salido en sus pantalones cortos y terriblemente calientes a correr para darles esa mirada “baja bóxers” y tenerlo comiendo de mi mano lo más pronto posible. ¡Hola vecinito, que bien que lo veo hoy! Digo al cruzarme con él con una sonrisa de oreja a oreja mientras mi subconsciente piensa: Uy papacito todo eso que es suyo muy pronto va a ser mío, cuando termina de pasar miro descaradamente su perfecto, torneado y firme trasero, simplemente un espectáculo....

Un inocente éxito

José León Sánchez Un inocente éxito Nació en el año 1930, su madre era prostituta y el no se avergüenza de ello, porque dice sentirse inspirado por cualquier mujer que sacrifique su cuerpo por hacer felices a los hombres. Su años están llenos de historias, anécdotas, momentos difíciles, tristes, alegres, situaciones en las que deseó morir, sin embargo, hoy a sus 78 años, José León Sánchez, luce joven y aún lleno de vida, al escuchar el relato de la existencia de este escritor costarricense no cabe duda de que la vida lo recompensó. Su abuela lo sacó del hospicio y lo mandó a la escuela, sin embargo, dice que su mayor nota nunca pasó de cinco, de manera que repitió tres veces el primer grado. Su maestro habló con su abuela y prácticamente le dijo que su nieto era un tonto, si, el mismo José León, el que hasta la fecha es autor de 27 libros. Aquí es dónde presume haber sido alumno de Carlos Luis Fallas, pero, lo que le enseñaba era a como ser un buen zapatero. Contaba con 19 a...